Armonía funcional entre la fantasía y la fe

 
01. Esta nota trata de la interrelación de la fe y la fantasía, presentes en nuestro ser y actuar cristianos, y quiere propiciar una solución a la disarmonía que pueda darse entre ellas, origen de disfuncionalidades y aun angustias. Pretende, pues, una conjunción más funcional de ellas.
02. 'Fe' llamo a la persuasión confiada y operativa de que hay solución a los problemas auténticos que la vida humana de por sí presenta. La fe es una experiencia interna anterior a cualquier formulación cognoscitiva de ella, y brota de un dinamismo interno propio de la vida misma humana; pero genera convicciones cognoscitivas, que se formulan en expresiones influidas por la propia educación y cultura.
03. Como la vida no es ilimitada, tampoco lo es el ámbito de la fe: se inicia en una relación bipersonal duradera, pero se desarrolla hacia relaciones estables con pareja, grupos o comunidades personales. Y apunta siempre a realidades misteriosas; las dos centrales, las evocadas por las vocablos 'Yo' y 'Dios'.
04. Todo conocimiento humano, aun el creyente, se basa en la experiencia; en su mayor parte no propia, sino ajena. Esta es compartible mediante códigos comunicacionales compartidos; el más usual de ellos, el lenguaje.
05. 'Fantasía' llamo a algo interno mío, en lo que confluyen experiencias muy diversas: sensaciones, ensueños, recuerdos, imaginaciones, emociones, intuiciones, previsiones, sentimientos, decisiones, acciones, valoraciones, creencias, cariños, etcétera. Está presente en todas esas operaciones, pero no se identifica con ninguna de ellas.
06. La fantasía funciona como mediadora múltiple y sintetizadora vital y operativa, sin la cual el individuo se disgrega y muere: es ella la que unifica el amor, el pensamiento y la acción, al darles corazón, audacia y operatividad, sin que por les quite libertad, razonabilidad y congruencia.
07. La fantasía no genera falsedades: sensibiliza lo nuestro más espiritual, y nos posibilita conservarlo, revivenciarlo y compartirlo, y aun anticiparlo y amarlo antes de hacerlo. No es, por tanto, enemiga de la espiritualidad, cosa que atestiguan la Biblia, las catedrales góticas, los ritos e himnos religiosos, la Virgen de Guadalupe.., y, ante todo, las parábolas y otros dichos de Jesús.
08. La tradición greco-escolástica, remodelada en el Renacimiento y en la Ilustración, consideraba 'verdadero' lo que 'dice' tal cual lo 'real' (lo que 'ahí está'). Pero hoy, lo 'real' y verdadero, es 'lo que funciona'..; aunque suele ilustrarse con imágenes fantásticas y racionalizarse en fórmulas matemáticas.
09. La funcionalidad es tan importante como la fe y la fantasía, pues la principal tarea del hombre es 'funcionar': o sea, participar en un dinamismo universal misterioso, del que sólo podemos hablar valiéndonos de la fe y la fantasía.
10. Por este dinamismo, yo creo en un Universo al que fantaseo como dinámico y  funcional-relacional, que tiende, al asumirse e integrarse en su expansión, a unidades superiores progresivas, más complejas y más plenas: Interrelaciona, así, átomos en moléculas, éstas en vida (vegetativa y animal), y ésta en 'humanidad', en un proceso en que los elementos inferiores, sin abandonar su realidad, pierden su individualidad y autonomía, para plenificarse en seres a ellos superiores (Esto funciona, y es auténtico, sin dejar de ser fantástico).
11. El hombre los supera a los otros seres, en organicidad, complejidad y funcionalidad, que subordinan autonomías funcionales inferiores a la integración de ellas para funciones superiores, como la del decidir y actuar consciente y libremente.
12. La función primordial del animal humano es humanizarse, en continuidad con la dinámica misma universal: relacionándose, pues, con sus congéneres, hacia unidades superiores más complejas. Va logrando esto al integrar sus operaciones químicas, biológicas, psíquicas y exclusivamente humanas (deliberar, amar, trabajar...), sin prescindir para ello de ninguna de ellas.
13. Para este trabajar humanizante, son fundamentales la fe y la fantasía, que unifican a la persona y a la comunidad humana, hacia plenitudes superiores, hasta la plenitud total universal: La fe, como dinámica interna de confianza, sin la que ningún progreso humano es hacedero; y la fantasía, mediadora y unificadora del psiquismo, y mediadora indispensable para la comunicación y unificación interhumanas.
14. El humano nace desprovisto del todo para su tarea de constructor del Universo, inopia desde la que ha de proveerse de sus propios diseños, herramientas e instructivos (con auxilio de quienes pongan a su alcance materiales adecuados). Es comprensible, pues, que no siempre armonice del todo su fe y su fantasía, o no lo haga cual habría de convenir para el desarrollo del infante hasta su plena madurez y muerte.
15. La tarea de humanizarse habrá de integrar elementos importantes de la vida humana (como trabajo, amor y sufrimiento), que suponen complejidades enormes y coordinaciones de innumerables sub-elementos, innatos o adquiridos, y, a la vez, adaptaciones a profundos cambios de su entorno, y modificaciones de ese entorno para adaptarlo a su propio ser humano.
16. Hoy el hombre ha logrado un suficiente señorío sobre su entorno material y biológico, como para considerar que, si bien puede ser éste su reto más urgente, no es el principal: Crecientemente, el entorno humano no va siendo ya el 'ecológico', sino el llamado 'satelital' o 'cibernético', en un vertiginoso avance tecnológico, que no garantiza automticamente la interrelación funcional entre la fe y los 'fantasmas' generados para ella por la fantasía.
17. Nuestro hablar cotidiano está constituido por un predominante conglomerado de metáforas, al grado de que nos costará trabajo emplear vocablos que no traigan en su seno algo de sólo comparativo o metafórico; lo cual se agudiza al tratarse del lenguaje de la fe. Referida ésta a 'Jesús', mucho de la enseñanza verbal de él fue dado en cuentos o parábolas, en las que expresó su fe, fruto ellas de su experiencia sensible y de su fantasía. La funcionalidad de esas parábolas está atestiguada por una historia que cuenta ya con veinte siglos.
18. Pronto la herencia en hechos y dichos del galileo Jesús del año 30 se expandió entre paganos y judíos prosélitos hacia el ámbito cultural greco-romano, y, por adaptarse a éste, hubo de modificar sus expresiones. Al enfrentarse al helenismo, en el siglo IV reformuló su fe, en fórmulas que hoy la liturgia católica conserva. Por el siglo XIII, anunciada casi ya por toda Europa, fue pensada por quienes forjaron un lenguaje teológico, que luego se encerró en sí mismo, cuando la Reforma y el Renacimiento (s. XVI y s. XVII), y se petrificó ante la Ilustración del XVIII, hasta prohibir casi cualquier innovación a fines del XIX... pauta ésta sostenida (con mínimas concesiones) contra el 'pensamiento moderno', hasta la apertura renovadora del Concilio Vaticano 2° (1962-1965).
19. En torno al Concilio, las formulaciones evangélicas (y bíblicas en general) han llegado a reincorporarse en algún grado aun en las culturas católicas, con todo lo que éstas a veces tienen de conservadurismo, cientificismo y racionalismo; pero el sueño del papa Juan, convocador del concilio del siglo XX, se halla apenas en pañales, como se nota en algunas catequesis o sermones de hoy. 
22. Nuestra fe, como la de Jesús, ha de expresarse también en hechos y palabras ("cuentos"), que se condicionan entre sí. Pero hoy la fe y la fantasía 'cristianas' parecen divergir entre sí crecientemente, incluso las de gente profundamente cristiana, comprometida (desde su lugar social y a su buen entender) con la causa de Dios y de Jesús, que es la causa de los débiles; lo que resulta en un abandono progresivo de lo que que generalmente se tiene y se nombra como 'La Iglesia', considerada estorbo para un avance real propiamente humano. Esto lo he constatado en mí y en los varios entornos de mi ambiente, en donde pocos logran conciliar su imaginario religioso con lo que su corazón les dicta en su más profunda intimidad.
23. No lo interpreto como 'crisis de fe', sino como una divergencia disfuncional entre la fe y la fantasía: Las formulaciones verbales (y rituales, preceptivas, artísticas, tipológicas, etcétera), funcionales quizá en otros modelos culturales, no lo son ya en los modelos que actualmente se hallan en difusión creciente. La audacia honesta de una fe sincera triunfa a veces; pero, otras, domina el horror a represalias (sociales o autoimpuestas) por atreverse a cuestionar o abandonar lenguajes y fantasías religiosas que suelen parecer insustituibles.
24. Ante esto, propongo la integración de un 'grupo' de diálogo, existencial y con ribetes académicos, para la revisión de algunas formulaciones, persuasiones o 'fantasmas' de aspecto religioso, que de hecho estén entrando en conflicto con lo más auténtico de quienes en él participen: su fe, confianza y empeño más profundos; su honestidad, su interés por servir a los demás; es decir: su muy íntimo amor y compromiso auténtico cristiano, recibido gratuitamente de 'Dios' o de 'Jesús', y cultivado y alentado por el 'Espíritu' de ambos, y arraigado en una tradición que anhela aún por renovarse, para hacerse actual y operativa.
25. No un grupo que se inmiscuya en asuntos de conciencia o en problemas psicológicos, morales o éticos de sus miembros, ni que inicie una 'secta' o un 'movimiento contestario' frente a la Iglesia o sus ministros, ni que escriba un libro o acuerde otra actividad compartida, ni menos proselitista, política o  revolucionaria. Simplemente, que ayude a remover, en personas de buena fe y buena voluntad, algún probable obstáculo que pudiera estorbar su más libre, creativo, tranquilo y feliz avance en sus proyectos personales (que, si son cristianos, intentarán al menos aliviar a los socialmente más débiles; sobre todo, a quienes, por ser hoy día cercanos, consideren sus 'prójimos más próximos').
26. Distinguida la fe de la fantasía religiosa, radica la fe en lo más íntimo e inviolable de la persona, y a la vez es algo suprahumano. Los fantasmas religiosos, en cambio, son elaboración humana, expresión de eso 'divino' interno nuestro; y, por tanto son revisables, manejables y cambiables, como lo es lo nuestro todo, excepto nuestro más íntimo 'Yo', donde está 'Dios'.
27. El referente de la fe cristiana es Jesús; más precisamente, la fe íntima misma de Jesús: la que expresó él en sus fantasmas personales; innovadores del todo, es cierto, pero armónicos con los de sus coterráneos y contemporáneos. Habiéndolos refantaseado, la tradición cristiana puede haber venido a dar a una fantasmografía en la que, sobrenadando algunos fantasmas suyos, otros parecen andar ahogándose o haber completamente naufragado; y una fe viva no puede alimentarse de fantasmas muertos o muy escasamente funcionales.
28. A nada conduce un mero inventario de fantasmas afuncionales o un empeño por destruirlos, que, si fuera 'exitoso', acabaría con la posibilidad de una fe humana. Pero sí puede ayudar refantansear algunos de ellos, depurar otros o aun elaborar nuevos a partir de restos aprovechables de los ya disfuncionales. 
29. Creo que en un pequeño grupo, de unos 7 a 12 adultos afines, podemos ayudarnos a lograrlo, conscientes de que el provecho personal es siempre fruto del trabajo propio; pero también de que éste suele ser alentado por compañeros cercanos y estimados que se empeñan en lo mismo.
30. Un mejor universo fantasmal o iconográfico no equivale sin más a una mayor o mejor fe o comunidad, ni a una mejor conducta o una madurez mayor; pero puede disminuir distracciones, inseguridades o aun angustias, nacidas de una semiconsciente adhesión a sistemas fantasmagóricos menos funcionales. Las reuniones del grupo pretenderían ayudarnos unos a otros a 'refuncionalizar' nuestra fantasía religiosa, y a hacer, con ello, más operativa nuestra fe.
31. Jesús, 'Maestro en Humanidad', por ello lo fue también en muchas otras cosas. Así, en fantasear su fe y expresar sus fantasmas en hechos y en palabras, que los evangelios nos ofrecen. El comprendernos a nosotros mismos como 'creyentes fantasiosos', nos puede ayudar a creer en él y amarlo más dichosamente, a seguirlo más cercanamente y a continuar y acelerar su obra.
32. Nos puede propiciar también una vista, un oído, una actitud y un actuar más tranquilos y tolerantes para con nosotros mismos y para con los demás, que se expresen en una participación y compartición con fantasías (religiosas o no) de otros, que tal vez no coincidan con las nuestras, pero que dicen en algún modo nuestra misma fe: incluso a saborear, en prácticas religiosas, masivas o privadas, fantaseadas en iconos ajenos a los propios nuestros, la fe presente en ellas, y a recibir y cultivar mejor (¡lo que es urgente!) lo mucho que las nuevas generaciones, crecidas en una iconografía, ya no la de Jesús, la de la Edad Media ni la de nuestro ido siglo XX, pero en la que el mismo 'Aliento' se encarna: el que 'revoloteaba sobre el caos', antes de la creación del mundo (Gn 01:01), y el que, 'con la Esposa [la Iglesia], sigue diciendo "¡Ven!", para que, oyendo, digamos también "¡Ven!" (Ap 22:17)'... (Esto, por cerrar mi nota con renglones iniciales y terminales de la Biblia).
Cerro de la Campana, Hermosillo, Son., MEXICO. - 3 de julio de 2011.
FxsI.

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