Tres cartas de Félix Palencia, S.J.

Tres cartas de Félix Palencia, S.J. a un joven interesado en la Compañía de Jesús
Presentado por Juan Pablo Gil Salazar, S.J

1. Carta primera, del 16 de abril de 2005: La crisis existencial

Te agradezco mucho tu recado, Juan Pablo, desde el destinatario
del mismo, en que me llamas 'amigo'.

Me dices pasar difíciles momentos...

Que la vida sea fácil, nadie lo ha dicho
(y si lo dijo alguien, no creo que viviera de verdad).
Pero de que es hermosa, no cabe duda;
ni de que vale la pena vivirla, y vivirla a fondo,
ampliamente y con intensidad.

Nuestra tarea es construirnos a nosotros mismos,
y nacimos sin instructivo sobre cómo hacerlo.
Es mucho lo que ya has hecho en ti;
pero sin duda que te falta mucho.
Y cuando termines y no tengas ya nada que hacer,
la única que te queda es morirte.

Somos como una maravillosa máquina,
que básicamente consume aire, agua, tortillas y frijoles,
y que lo transforma en imaginación, sentimientos, ideales,
pensamientos, conocimientos, sueños, decisiones, realizaciones...
¡Qué de raro que alguna vez, o muchas, no todo salga bien!

Tal vez no sea cosa de disciplina; sino de dejarte ser:
Un naranjo no tiene que disciplinarse para dar naranjas; basta que sea,
y que no le falte agua, luz, tierra, aire...
Y las naranjas salen solas, sin esfuerzo.

Y todo eso es gratis, porque, al naranjo, como a nosotros,
todo nos llega regalado, por quien nos quiere desde antes que seamos.

Sigue siendo tú, Juan Pablo; gózate a ti mismo, y complácete en ti,
y agradece a quien cada día, cada minuto, todo te lo da.
Siente su cariño, y saboréalo. Él no te lleva cuentas, ni te cobra nada.
Está feliz de ver que eres como eres.

Félix.
"Sé en quién tengo puesta mi confianza"




2. Carta segunda, del 4 de mayo de 2006: La inquietud vocacional 

Siento, Juan Pablo, una muy honda gratitud hacia ti,
por la confianza y transparencia con que te me comunicas.
Te he leído calmada y repetidamente, y
tendría también, por supuesto, gusto en escucharte:
generalmente, no me es difícil hallar tiempo.
Tú tienes la palabra...

No quiero, en la espera, anticipar ninguna respuesta.
Sólo me viene a la mente una frase de san Pedro,
en el evangelio de Juan,
cuando,
viendo Jesús que mucha gente lo abandonaba,
les preguntó,
como invitándolos, a quienes lo seguían:
"¿También ustedes quieren irse...?"

Pedro respondió: "¿Y a quién iríamos...?
¡Si tus palabras son vida,
y sabemos y confiamos en que eres el enviado de Dios!".

No sé por qué me vino esa frase a la mente...
Creo que porque te identifico con Pedro, quien sintió
la profundísima tristeza de pensar haber traicionado a Jesús,
como tal vez piensas tú acerca de ti mismo.

Pero, me parece, que la respuesta posterior de Pedro
a la triple pregunta de Jesús, a orillas del Mar de Galilea,
es también la tuya: "¡Tú sabes que te quiero!"

Esto, Juan Pablo, me llena de alegría, por ti;
porque creo que es tu más honda verdad,
aunque sobre ella, como dices,
mucha hojarasca se haya acumulado...

No dudo que alguna especie de retiro pudiera ayudarte algo a despejarla,
como parece lo tienes contemplado;
pero es obvio que habrías de ver las posibilidades concretas para hacerlo,
y tomar la decisión que tú quisieras.

Ni dudo que tal vez pudieras pensar en una opción presbiteral;
pero estoy cierto de que Jesús estará contigo y para ti
en cualquier camino por el que tú quieras andar...

En fin: Espero que haya oportunidad de que platiquemos de esto lo que quieras.
Entre tanto, recibe esta nota como una simple muestra de mi gratitud,
que a la vez quiere ser un acuse de recibo.

Confío verdaderamente en ti, Juan Pablo,
y me dará mucho gusto saludarte.


Félix.
"Sé en quién tengo puesta mi confianza"



3. Carta tercera, del 21 de junio de 2008: El cariño de un jesuita a otro jesuita

Mucho gusto me dio, carnal, recibir tu saludo,
en este día nublado de Hermosillo,
con un frescor de sólo 37°C,
y contento de recibir día a día los 'favores celestiales' que Papá gratuitamente nos regala:
entre ellos, lo que algunos llamarían 'adversidades',
que no son sino caricias de Papá,
que quizá nos duelan de momento,
pero con las que nos regala él el ir creciendo en su Hijo,
y, por tanto, en verdad y libertad.

Me brindan buen alimento algunos escritos de Xavier
-en el 19 de Colección Manresa-,
recopilados y presentados por Léon-Dufour,
y me lo condimenta un galón de nieve,
que espléndidamente me regaló Papá
por mano de Blanca y de Roberto.

Hace tiempo no voy a San Xavier del Bac: espero podamos darnos un abrazo allí,
o donde sea,
entre el 2 y el 9 de julio,
y, con él,
felicitarnos también ambos
por el ya muy próximo a cumplir primer año tuyo de jesuita.

Gracias por acordarte de mí...

Con mi cariño y mi confianza,

Félix.
"Sé en quién tengo puesta mi confianza"

No hay comentarios.:

Publicar un comentario