Le reprochó entre otras cosas que habiendo tantos chavalos tan tiernos, cariñosos, amigables, trabajadores, etcétera; tuvieran que estar presos.
Él sabía o creía saber que sólo se puede estar preso (con sus propias palabras), por pendejos. Quizás sólo se refería a los presos — que como yo— éramos unos pobres diablos.
En fin, me decía que luego de harto tiempo de reproches hacia Dios, la única respuesta que obtuvo del Absoluto, fue un abrazo y un simple y llano TE QUIERO PINCHE FÉLIX.
Me lo contó todavía emocionado.
A mi EL VIEJO (Dios), siempre me ha apapachado con abrazos y cariñosos manifestaciones, aunque no tengo recuerdo alguno de haberme encabronado con Él.
Algún día quizás me permita volver a hacer ejercicios espirituales de mes y platicaremos la Divinidad y yo, de lo que queramos.
Cada cual hace su personal relación con Él.
Aarón Pérez
25 de Agosto del 2017.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario