Stabat Mater

No es mío el original, por supuesto. Sí la traducción rimada. La comparto al acercarse la Semana Santa, en estas fechas tan inmediatas al que llamábamos antes Viernes de Dolores. Tal vez a alguien le guste...


De pie la madre estaba...

[Stabat Mater]


De pie, la dolorosa Madre estaba
muy cerca de la cruz, bañada en lágrimas
ante el crucificado;
y allí, frente a su amor, brutal espada
partió su corazón, hecho una llaga,
doliente y contristado.

¡Qué amarga la aflicción y la tristeza
de tan bendita Madre, al ver la pena
de su ilustre criatura!:
¡Del único retoño que pariera,
al que cuidara entre caricias tiernas
y amorosas dulzuras!

¿Habrá alguien que contemple sin piedad
a la Madre de Cristo, y sea incapaz
de sentir compasión
de aquella Madre, que sufrió a la par
el suplicio de Cristo hasta el final,
deshecho el corazón?

¡Vio a su dulce Jesús entre tormentos,
cargando los pecados de su pueblo,
sumiso a los castigos;
y miró que su prole iba muriendo,
hasta exhalar, inválido y maltrecho,
el último suspiro!

¡Madre!: Tú, que de amor eres venero,
concédeme sentir tu sufrimiento,
para llorar contigo.
Pon en mi corazón deseos intensos
de amar a Cristo Dios, que como fuego
me apuren a servirlo.

¡Madre santa!: Te pido con fervor
que grabes en mi duro corazón
indelebles las llagas
de quien, clavado en cruz, por mí murió.
¡Quisiera compartir sus penas hoy
con todas mis entrañas!

Dame llorar contigo ante el patíbulo
del Dios crucificado. Te suplico
me des parte en tu suerte:
¡Yo no quiero tener otro destino
que en pie, junto a su cruz, vivir contigo
llorando amargamente!

¡Virgen, entre las vírgenes madre única!:
¿Por qué para mí no eres más fecunda?
¡Quiebra mi corazón!
¡Haz que su muerte yo también la sufra!
¡Haz que sus sufrimientos me recubran,
y viva su dolor!

Te pido que sus llagas me taladren;
que yo beba su cruz, y que su sangre
embriague mi razón.
Así, cuando la muerte me reclame,
confiado y sin temor, iré a aquel trance
bajo tu protección.

Cristo: Te pido que al llegar el fin
de mi vida, me des que sea feliz
en mis momentos últimos,
y que, estando tu Madre junto a mí,
pague con paz el precio de morir
por alcanzar tu triunfo.


Nota: Artículo extraído del blog "Escritos que hoy quiero compartir", fechado al 14 de Marzo del 2005.

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