¡Evangelio puro!

¿A qué te suena?

Un par de cholitos vagan por el barrio, desde las dos de la mañana, en busca de una feriecilla para comprarse algunas pingas... No se pudo bajarle la licuadora a la madrasta, porque con ella estaba en casa su carnal, y la tele está precisamente arriba del refrigerador; al llegar al Oxxo, estaba la patrulla enfrente, y el pendejo al que iban a tumbarle los tenis resultó ser el primo de uno de ellos...

Total: "¡ni madre!, no se hizo; lo que es, esta noche ya valimos pura verga". Y a las cuatro y media de la mañana, se despiden, chocándola, para irse a sus cantonas, uno al sillón y otro al cuarto de lámina de atrás, para amanecer a eso de las 12 o de la 1.
Uno de ellos, al sacar del 'buró' el cargador del celular, se topa sorpresivamente con cuatro pingas, de las que ya ni se acordaba... "¡Qué pendejo!: Si la teníamos hecha", y se le quita el sueño.
Sale del cuarto y baja para llenar un vaso de agua, y, quizá la plateada luna o tal vez el vientecillo fresco, le traen el recuerdo del otro camarada... Y no lo duda:
Sube a ponerse los tenis y la camiseta verde, y brinca el cerco, de prisa hasta aruñar la puerta, dos cuadras más abajo: "¡carnal!, ¡carnal!: ¡aliviánate! ¡Ya se hizo..!"
Se oye un tiro, de detrás de una ventana, y el plomazo es efectivo. Cuando llegó la cruz ya no quiso recogerlo.
"¡Pásale!, bendito de mi Padre: El preparó todo esto para ti. Andaba que no me la acababa por una pinga, y te compadeciste de mí, y, de lo tuyo, viniste a compartirme la mitad. Por eso, yo ahora te comparto de lo mío."


Obra de teatro escrita por FxsI

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